Rieznik, Pablo (editor). (2009) Un
mundo maravilloso. Capitalismo y socialismo en la escena contemporánea, Editorial
Biblos, Buenos
Aires, 2009.
¿Estamos tan bien como creemos? ¿hemos alcanzado las condiciones de vida para liberar inevitable y sistemáticamente a la Humanidad de las cadenas de la opresión que el capital financiero provee? ¿Es la continuación del capitalismo una fatalidad inevitable? ¿se pueden revisar las experiencia socialista soviética para evitar la marginalidad de proyectos marxistas aglutinadores y convocantes? Estas y otras inquietudes dan paso a esta obra colectiva de cientistas sociales marxistas en que se desarrolla la temática "capitalismo y socialismo en la escena contemporánea", abordada en las materias de Historia y Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
En el primer bloque, La
economía, el capital y su contenido histórico, los autores se internan en una
serie de debates sobre relaciones sociales de producción, renta y movimientos
del capital y su derivación en formaciones sociales específicas.
En “Cuando y por qué Lenin
escribió el estado y al Revolución”, Lucas Poy indaga sobre los debates en
torno al rol del estado en la construcción del socialismo y explora las adhesión inicial al proceso de fortalecimiento electoral del socialismo propuesto por Karl Kautsky y el rechazo a la idea de Anton Pannekoek destruir el Estado para formar una nueva organización, hasta asumir valoraciones inversas en el transcurrir de su carrera revolucionaria.
“La revolución y el Estado.
Algunas notas sobre lo que Lenin escribió y sobre lo que no pudio escribir”, de
Pablo Rieznik y Lucas Poy, es una indagación en torno a la visualización de
Lenin sobre la conformación del Estado revolucionario y el material humano que
lo debería componer, siendo un severo crítico de las dificultades por la
conservación de la burocracia y principios no socialistas que ameritarán la
socialización del conocimiento administrativo y productivo. Se describen las
acciones para la transformación de la economía feudal rusa, desde el comunismo
de guerra hasta la industrialización forzosa de Bujarin y Stalin.
En “Como venció Stalin a la
oposición” es un análisis de León Trotsky sobre los cambios producidos en la
Unión Soviética tras la muerte de Lenin y el impredecible ascenso de Stalin,
explicando los motivos del ascenso de una nueva camada burocrática, el desplazamiento
y hostigamiento del grupo revolucionario bolchevique y las perspectivas de una
oposición que socave el poder estalinista y reconduzca la república soviética
hacia los ideales leninistas.
En “Sistema económico y modo de
producción: una aproximación metodológica”, de Pablo Rieznik, revisa el
concepto de análisis económico de Maurice Godelier cuestionando su dimensión ahistórica
y sin especificidades. Rieznik reafirma el origen y la potencialidad de la
interpretación marxista de la economía para descubrir sus límites y su funcionamiento como sistema que perpetua
la vigencia de las relaciones de producciones, afirmando la perseverancia en una
teoría de la transformación social revolucionaria.
En “Las relaciones capitalistas
y la ley del movimiento de la sociedad moderna”, Pablo Heller y Laura Caruso reflexionan
sobre las teorías que afirman la perpetua existencia del capital y la omisión
formulada sobre el permanente movimiento destructivo del capital manifestado en
procesos confiscatorios amenazantes de la destrucción de la propiedad privada a
través de la centralización del capital.
En “La transición del
feudalismo al capitalismo. Reseña e historia del debate Dobb-Sweezy” Daniel
Duarte recurre una polémica intelectual sobre las causas y origen del
capitalismo, concluyendo en que por encima de la atribución de los factores
internos en Dobb o externos en Sweezy, la cuestión central de los escritos es
deconstruir los elementos que posibilitan el desenvolvimiento, expansión y
consolidación de un nuevo orden social ante el brusco cierre de Moscú a todo
auxilio revolucionario tras la Segunda Guerra Mundial, que posibilitó el alejamiento
de la práctica con la teoría revolucionaria y la incomprensión de la profundidad
contrarrevolucionaria del stalinismo.
El problema en torno a las
dificultades originadas en la práctica a partir del desarrollo de la teoría es
el tema de “Las primeras etapas de la economía soviética”, de Pablo Rabey. Allí
se analiza y describen las ideas y obstáculos encontrados en la conformación
del período de “comunismo de guerra”, la Nueva Política Económica y el acuerdo
de una política de industrialización con alto costo humana inspirada por
Bujarín y Stalin. El quiebre del modelo soviético, que propició el lugar de
segunda potencia industrial del mundo a la Unión Soviética, se habría dado en
la “gestión burocrática de la economía” y la “opresión sobre el pueblo” con consecuencias sobre la calidad de la
producción.
En “Apuntes sobre la teoría
leninista del imperialismo”, Juan M. García revisa los elementos centrales de
los aportes del revolucionario ruso respecto del avance permanente del capital
sobre su competencia, en una serie de movimientos de destrucción y absorción
que configurarían una fase monopólica del capitalismo, advirtiendo de la
oligopolización de sectores del mercado, previendo la aparición de guerras
imperialistas y al necesidad de pensar la revolución social y la dictadura del
proletariado como instrumentos de superación de la fase política.
“El espejo del siglo. La
Revolución Rusa en al historiografía del siglo XX” es una análisis de los
aporte de los revolucionarios no bolcheviques (kadetes, mencheviques y
eseristas), los cronistas extranjeros de los acontecimientos, las revistas
Ispart y Proletarskaya Revolyutsia, al influencia de un viraje de las publicaciones
soviéticas a través de la presión estalinista y la instalación de los Kraktik
Kurs, el surgimiento de la sovietología en Occidente hasta el presente de las
ciencias sociales bajo el paradigma de la posmodernidad, instando a encontrar
en la búsqueda de preguntas y respuestas en quebrar la neutralidad de la visión
histórica sobre una revolución que no admitiría miradas apolíticas.
En “Genocidio y trabajo en la
URSS stalinista”, Pablo Rieznik aborda la cuantificaicón de los millones de muertos
durante el período menos feliz de la historia del comunismo. La política persecutoria
del régimen y sus fines institucionales delinearon una instalación de terror
que se expresó en confinamientos, destinos de trabajo forzoso, población
destinada al combate en la Segunda Guerra Mundial, factores de malestar que
habría incidido en la revisión del salinismo durante el período siguiente.
En “Rusia: La transición al
capitalismo en crisis”, Savas Michael Matsas periodiza el viraje capitalista de
Rusia en 1991-1993, en el que la apertura combinaría hambre, pobreza,
desigualdad y el auge del lucro especulativo; en 1991-1998, período en que se habría
establecido la conformación de los “oligarcas”, el funcionariado soviético que
en forma corrupta y fraudulenta se apropió de los bienes públicos del pueblo
ruso, hasta el ascenso de Putin, emblema de la recuperación de la burocracia
soviética del poder ruso con perspectivas de inestabilidad política ante la
progresividad de una situación de recesión económica.
En “What a wonderful world”,
Pablo Rieznik, inspirado en la apología del modelo de crecimiento económico que
realizara la revista The Economist, introduce un texto singularmente breve y
profundo en que desmiente la idea de un progreso inédito de la humanidad
narrando la brutalidad del capital financiero en el mundo contemporáneo y la mercantilización
de la vida expresada en el trabajo esclavo, la esclavitud sexual, la venta de
drogas y el tráfico de armas.
En “Tasa de ganancia y descomposición
capitalista”, Pablo Heller considera al capitalismo actual inmerso en un período
de declinación, dialogando con la “teoría de las ondas largas” de Ernst Mandel.
Este tema es luego retomado en “Crisis mundial, nacionalismo y los límites de
la economía de izquierda”, en que Pablo Rieznik profundiza el debate sobre la
posibilidades de eclosión del capitalismo y cuestiona a Katz por sostener la
vitalidad del capitalismo y su capacidad de sostenerse y autogenerarse,
afirmando que la paulatina intervención del Estado en la economía revelaría una
crisis del sistema.
La discusiones y la competencia
sobre la mejor forma de organización de la especie humana atravesaron todo el
siglo XX. El altísimo costo de vidas humanas producto de la manipulación de las
ideologías arroja en el presente siglo una pasividad evidente ante episodios de
violencia brutal e ilegítima. El socialismo, en tanto idea de superación del
hombre por el hombre y para el hombre merece repensarse para encontrar las
posibilidades de reafirmación ética y política. Sólo por este propósito, la
compilación de Rieznik es un muy buen aporte para pensar un mundo maravilloso,
hecho realidad.
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