En marzo de 2009, la
edición de "Entrelíneas de la Política Económica" publicó el artículo
"La necesidad de una agencia nacional de comercialización de granos"
(1), dando cuenta del refuerzo de las prácticas de abuso de poder dominante de
los eslabones más concentrados de las cadenas alimentarias, particularmente las
grandes comercializadoras de granos trasnacionales o locales
trasnacionalizadas. Estas buscan mantener su margen de ganancia en la crisis, amplificando
la caída de los precios a aquellos productores más pequeños con limitadas capacidades
financieras y de almacenamiento. Ante ello, consideraron que se volvía imprescindible regular el comercio exterior a partir
de mecanismos modernos de intervención, recuperando aprendizajes previos, y reconociendo
sus errores y virtudes. Nuestro país es el único entre los cinco principales exportadores
mundiales de cereales (los otros cuatro son Estados Unidos, la Unión Europea,
Canadá y Australia) que no contarían con mecanismos de regulación del comercio
de materias primas. Todos los países exportadores cuentan con formas directas o indirectas de
intervención para asegurar la competitividad y la seguridad alimentaria de la
población. Algunas experiencias que se repasan son Canadá, Australia y
Nueva Zelanda, que centralizan el acopio
y la exportación, permitiendo a los productores eliminar la discriminación de precios en períodos de cosecha por parte
de las grandes trasnacionales del comercio de granos. Destacan los autores que
la exportadora canadiense Canadian Wheat Board se complementa con el CIGI
(Canadian Internacional Grain Institute) encargado de la promoción a la innovación y el aprendizaje tecnológico, siendo una
pieza clave en una estrategia agresiva de exportación de trigo que ofrece
variados requisitos de calidad a partir de la vinculación con las necesidades
de los usuarios.
El 3 de enero de
2010, el tema volvía a ser tratado en el suplemento económico de Página 12. Pablo
Lavarello, investigador del CEUR-Conicet y miembro del CIEPyC-UNLP, y Evelin
Goldstein, licenciada en Economía (Universidad de Buenos Aires y miembro de AEDA,
señalan que la Argentina no cuenta con mecanismo de regulación del comercio de
granos y que se carece de una organización que actúe como compradora en el
mercado y organice a diferenciación por clases de calidad.
1. Argentina era el
único país entre los principales exportadores de grano que no contaba con
mecanismos integrales de regulación del comercio de granos. « Argentina es el
único país entre los principales exportadores de cereales (los otros cinco son
Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Rusia, Australia) que no cuenta con
mecanismos integrales de regulación del comercio de granos. Estos países han
mantenido distintas formas directas o indirectas de intervención. Con objetivos
diversos. Las formas indirectas combinan transacciones realizadas por el sector
privado con subsidios e intervenciones en los precios, como ocurre en la Unión
Europea y en los estados Unidos. En Canadá y en Australia funcionaron Juntas de
Granos sectoriales que centralizaron la comercialización interna y extrema de
cereales. Este es el caso de la Canadian Wheat Board (CWB) y la Australian
Wheat Borrad (AWB). Mientras esta última fue reestructurada, en Canadá la Junta
aún juega un rol clave en la comercialización interna y externa de trigo.»
Estas medidas «evitan la variabilidad de ingresos y el abuso del poder
monopsónico de la industria. Y, por otro lado, permiten instrumentar proceso de
“descomoditización” a partir de la diferenciación y segregación de granos.»
2. La creación de una
exportadora de granos nacional facilitaría una intervención sistemática para
abastecer el mercado interno y sostenerle precio al productor. « La posibilidad
de superar el estancamiento en la producción de trigo está asociada en parte al
establecimiento de un precio sostén que asegure al productor al obtención del
precios FAS (Free Alongside Ship).»
3. Esta situación
favorecería Argentina por la calidad de su producción. «La Argentina tiene
trigos de muy buena calidad que luego se pierde al “mezclarse” en el circuito
de comercialización, debiendo ofrece al mercado trigos comoditties.»
El lunes 11 de abril
de 2011 el diario "La Nación" publicaba un artículo (3) refiriéndose
a un proyecto de un grupo de productores, técnicos y funcionarios, la Corriente
Agropecuaria Nacional y Popular (CANPO). En el mismo, se advierte de rumores
sobre la propuesta y se afirma que en un documento de los días 17 y 18 de marzo
de 2011, CANPO menciona la propuesta de implementar organismos nacionales de
comercialización. Entre otras atribuciones, la agencia estatal intervendría
ante determinadas situaciones, por ejemplo, si se produjeran distorsiones en
los precios que pudieran perjudicar a los productores por situaciones de
mercado.
Un proyecto
cuestionado por los sectores rentísticos de la producción agropecuaria, pero no
por ello esperado, imprescindible y con eficacia constatada a lo largo del
mundo.
Fuentes:
(1) "La
necesidad de una agencia nacional de comercialización de granos", por
CIEPyC-UNLP, en Entrelíneas de la Política Económica Nº 17 - Año 3 / Marzo de
2009, http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/15360/Documento_completo.pdf?sequence=1
(2) “El Plan Espiga”,
artículo en “Cash”, suplemento económico del diario “Página/12” de Argentina,
3/1/10, p. 5.
(3) "Granos:
proponen una agencia estatal", por Fernando Bertello, 11/4/2011, en:
http://www.lanacion.com.ar/1364573-granos-proponen-una-agencia-estatal
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