“Pueblo
chico, infierno grande”. El viejo y célebre refrán asociado al conservadurismo
y control policial de la moral en las pequeñas poblaciones, en tanto elementos
restrictivos de desarrollo y satisfacción personales enmarca prolijamente la atmósfera enrarecida en una aldea alemana, en la cual nos sumergimos ante la
previa narración de una serie de acontecimientos inexplicables en el transcurso
de la vida cotidiana de una aldea con apariencia de apacible.
A
partir del acontecimiento del accidente del médico lugareño, el espectador se
adentra en una situación en que los colores blanco y negro que absorben el film
exponen las contradicciones de una sociedad cuyas conductas públicas y
previsibles durante la jornada diaria contrastan con la hipocresía y la
perversión en la oscuridad de la vida privada. El personaje principal de la historia (Cristian Friedel) es un maestro de escuela con alta capacidad de asombro que se propone descubrir las irregularidades de su entorno, quizás como único exponente que intenta torcer el status quo frente al adulto y conservador círculo de gobierno del pueblo (el pastor, el conde, el médico).
El
acontecimiento que da nombre a la obra, la colocación tradicional de la cinta
blanca como castigo que el pastor propicia a sus hijos ante un mal
comportamiento como recordatorio de pureza e inocencia, refiere de lleno a la
cuestión central a que nos somete el director: la manipulación de la moral y la
conformación de una “nostridad” excluyente, que garantiza privilegios,
pacatería, fariseísmo, permisiones y perversiones en que el cumplimiento de la prescripción
de la moral comunitaria invisibiliza la realidad de los conflictos privados
existentes, siendo los niños reducidos a meros subordinados de un mundo adulto
corrompido e irracional. Sobre el final del film, la situación confusa
explicita una resolución abierta e imprevisible, que claramente desencadena una
resolución del protagonista de la historia.
Por su temática, en un contexto previo a la primera guerra mundial ( julio de 1913 y agosto de 1914), la película fue asimilada a una posible explicación sobre las causas del ascenso del nazismo. Del mismo modo, detrás
de la pureza proclamada, la maldad, la envidia, la apatía y la brutalidad
subyacen, construcción previsible del autoritarismo y el dictamen rígido de los
prejuicios.
(Estados Unidos, 2009) Das Weisse Band, dirección de Michael Haneke.
No hay comentarios:
Publicar un comentario