¿Hacia donde va nuestra burguesía nacional?
Lejos de expresar un pleno optimismo sobre la
retórica nacionalista integradora de la alta burguesía industrial durante el
kirchnerismo, el docente de la UBA, investigador de CONICET y del Area de EConomía y Tecnología de la FLACSO Martín Schorr se permite la duda, fundándose en la necesidad de
“industriales conversos” de adoptar una
alternativa ante el fracaso del modelo de la convertibilidad. En esta
situación, se contempla la necesidad de incentivar un modelo de sustitución de
importaciones como medio de potenciar el perfeccionamiento de una producción de
manufacturas de baja elaboración y avanzar hacia la generación de bienes de mayor
complejidad.
Otro aspecto que el autor se permite discutir es un
concepto sobre el que se han depositado
grandes esperanzas para la realización del fortalecimiento de un proyecto
pluriclasista e inclusivo: el de burguesía
nacional. Con una posición hegemónica sobre la representatividad del
sector, el esquema neoliberal iniciado en 1976 que ha beneficiado a los
capitanes de la industria Acindar, Alpargatas, Bagó, Bemberg, Bridas, Bunge y
Born, Clarín, Celulosa Argentina, Fate/Alvor, Fortabata, Garavaglia y
Zorraquín, Ledesma, Macri, Pérez Companc, Roggio Soldati, Techint y Werthein
han sido cómplices del vaciamiento de las pequeñas y medianas empresas
obteniendo el beneficio de la concentración económica con un alto costo social (Alonso, Maria E. y otros. La Argentina del siglo XX, Buenos Aires, Aique, 1997, p. 327).
A este perjuicio al desarrollo social con crecimiento, Schorr hace notar el
vínculo de subalternos del empresariado industrial local, limitándose a
establecer un rol asociativo o de complementación con el capital multinacional.
La propuesta de Martín Schorr se orienta al diseño de
un modelo industrial redistributivo con fuerte presencia estatal. Recomposición
de los ingresos, imposición de
gravámenes sobre la renta financiera, incremento de retenciones a las
exportaciones, modificación de la estructura tributaria, abaratamiento en el
costo de los servicios públicos, reestatización del sistema de previsión
social, creación de un banco nacional de fomento industrial, producción de
manufacturas de alta complejidad e investigación científica ligada a la
producción son algunas de las medidas sugeridas para reconstruir un programa de
promoción nacional fabril inclusivo y redistributivo. Estas acciones
implicarían, en palabras del autor, “el inicio de un proceso de inversión de
las relaciones de fuerza entre las clases y fracciones de clase resultantes de
la vigencia de casi tres décadas de neoliberalismo extremo”, con lo cual se
requiere la necesidad de un disciplinamiento de los capitalistas locales a las
necesidad locales, a fin de que reviertan el actual esquema de alianzas a favor
de la clase trabajadora, lo cual serviría además de limitante de la extranjerización
de la economía.
Este análisis de Martín Schorr, publicado en 2005, se
permite contemplar el comportamiento de un actor fundamental del modelo
productivo argentino que, recibiendo con frecuencia cálidos apoyos del Estado y
sociedad argentinos, por volubilidad de sus alianzas y ausencia de proyectos
suele repercutir en la estabilidad social del país.
Ficha
técnica.
SCHORR, MARTÍN. (2005) Modelo nacional industrial. Limites y posibilidades, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2005.
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