viernes, 25 de mayo de 2012

El Mayo incompleto


(Publicado en diario digital NEP el 25 de mayo de 2011)


Popular o impopular, el cabildo abierto de Mayo de 1810 es el episodio en que se explicita por vez primera la voluntad de conformar una Nación independiente, institucionalizada y fundamentada en el tópico de una república de iguales.
La Revolución de Mayo fue una revolución inspirada en principios justos: la formación de una república que evitase los arbitrios de unos pocos mandamases, la potestad de cada uno de los habitantes de participar en las decisiones de gobierno, la igualdad ante la ley, etc., demandas que nacían de pasadas rebeliones de pueblos americanos, los éxitos de las revoluciones burguesas de Estados Unidos y Francia y las abstracciones filosóficas de los pensadores de la Ilustración y la Neoescolástica española. De este modo, habitantes de las Provincias Unidas comenzaron a sentir la posibilidad de cambiar sus destinos al deslindarse de los condicionamientos a que eran sometidos por el funcionamiento del sistema virreinal y a vivir fraternamente bajo la unidad de un deseo común.
Sin embargo, poco tiempo habría de pasar para que se advirtiera en las élites de la época el deseo de conservar los privilegios que el sistema colonial les permitía; de este modo la masa de derechos que habíanse proclamado universales llevando a la liberación del dominio español resultaban apropiados por una minoría filoeuropea. Así, se consolidó el régimen latifundista de la tierra, la persecución y castigo a los llamados "vagos", la exclusión de las mayorías de elegir representantes, se gestionó el traspaso de las Provincias Unidas a aristocracias extranjeras y se festejó el endeudamiento para pompa de una ciudad. No se trataba de un régimen unitario, sino de un país pensado para el goce de una élite trasnacional reunida en la capital comercial del país.
La construcción de las representaciones mayoritarias, paradójicamente, se daría por fuera de las instituciones implantadas por los planificadores del gobierno central. Serían los caudillos quienes, con una autoridad no democrática ni electiva, representarán la masa de excluidos que el sistema generaba facilitando un sistema de relaciones horizontales entre los gauchos unidos a la causa de su representante. Tendría mucho tiempo que pasar para la emergencia de líderes que, con inmensos obstáculos, ampliarían la participación institucional de los sectores desprotegidos respondiendo a un deseo de justicia largamente postergado.
No obstante los importantísimos hitos conseguidos para goce de los habitantes de nuestro país desde entonces, la Patria no es una construcción azarosa ni estática, sino que demanda esfuerzos cotidianos para solucionar los problemas pendientes y afrontar nuevos desafíos. Vale la pena, entonces, no olvidar los sufrimientos y el menoscabo de los próceres libertadores, ni los sudores y sangre de quiénes, anónimos, supieron guardar esperanza en una Patria para todos.

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