Un gobierno popular depuesto, la experiencia de la derrota
militar de Fulgencio Batista y un sistema político a la deriva, asediado por el
control militar y las respuestas de disciplina miento y restricciones son el escenario político que
encuentran un puñado de jóvenes decididos a participar políticamente en la
universidad. Es así como surge la FURN, la agrupación que Cristián Boyanovsky
Bazán y Fernando Amato biografían con cuidadoso estilo en el hallazgo puntual y
concreto a la respuesta ya clásica de la prensa detractora: “¿qué hacían los
políticos kirchneristas durante los años de plomo?”.
El libro se inicia describiendo la importante presencia
juvenil del 25 de mayo de 1973, sumida en la algarabía del retorno de Perón. Al
tiempo que se describe el clima de camaradería entre militantes, se da cuenta
de las consignas revolucionarias, antiimperialistas y socialistas del período.
La juventud que protagoniza el acontecimiento es caracterizada como activa,
tenaz y demandante, con una gran capacidad de acción y movilización.
La incursión en la política del estudiantado moviliza
discusiones teórico-ideológicas en la ciudad de La Plata, bajo al proscripción
de un peronismo cuyo arraigo popular y radicalización democrática eran
concebidos un instante histórico que viabilizaría la realización
revolucionaria. Propician este pensamiento la difusión de las ideas de Rodolfo
Puiggrós y John William Cooke, que como originadores de la izquierda nacional y
el peronismo revolucionario respectivamente, serán referencia ineludible de
aquellos estudiantes deseosos de protagonizar las luchas del pueblo argentino
bajo el fundamento intelectual de una síntesis entre marxismo y peronismo. En
ese mismo camino se hallan los estudiantes peruanos del grupo Amauta e independientes
deseosos de protagonizar una universidad de resistencia ante la democracia
restringida y las avanzadas militares. Es a partir de esas inquietudes que se
constituirá hacia fines de los sesenta la Federación Universitaria de la
Revolución Nacional, la FURN.
Las primeras acciones del grupo consistirán en
participar en manifestaciones, establecer relaciones con ATULP, actuar en
conjunto con la Juventud Peronista y el Movimiento Revolucionario Peronista. El
Mayo Francés alienta la efusividad juvenil al tiempo que la dictadura de Onganía
continua con la proscripción de la fuerza mayoritaria.
Un episodio doloroso que atravesará la FURN estará
dado por el debate sobre la construcción de poder y metodología de las
organizaciones para la conformación de un proceso revolucionario a través del peronismo.
La FURN se fractura surgiendo el Frente de Agrupaciones Eva Perón, desdeñoso de
las opciones electorales y base estudiantil delas Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Sin embargo, pronto los estudiantes de la FURN también se verán seducidos por
la vía revolucionaria y entablarán contacto con las organizaciones clandestinas,
ante la absoluta desconfianza de que los militares pudieran permitir el retorno
de Perón, contexto que facilitaría la conclusión sobre la necesidad de un
ejército popular para enfrentar un sistema oligárquico-imperialista.
La oscilación entre la euforia y el escepticismo es el
clima que se vive ante el retorno de Perón el 17 de noviembre de 1972 con roces,
superficiales entonces, entre la FURN y el Comando de Organización por la
obtención de la simpatía del líder. Finalmente, el espiral de violencia de la derecha paraestatal, el golpe de Estado, y las notas finales que se convierten en destinos trágicos, irremediables, arrastrados por esa fuerza ubicua y genocida.
La obra relata, en definitiva, el origen político de
un grupo de muchachos del interior en un centro universitario, deseosos de ser
parte de la historia, logro conseguido especialmente a través de los logros de un
obsesivo militante: Néstor Kirchner. Se trata, también, de la historia de una
generación diezmada pero viva en un imaginario que moviliza en cientos de miles
en el actual proceso político.
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