Sarlo, Beatriz (2003) La
pasión y la excepción. Eva, Borges y el asesinato de Aramburu, Siglo XXI,
Buenos Aires, 2003, ISBN 987- 1105-39-8.
¿
|
Cúal
es el origen de la singularidad política de la personalidad femenina más
relevante de la historia de los argentinos? ¿cómo se origina y disemina la
discursividad atrapada en un cuerpo? Estas preguntas son constitutivas de La pasión y la excepción. Eva, Borges y el asesinato de Aramburu, ensayo
en que Beatriz Sarlo hace un repaso de importantes sucesos de la cultura
política argentina través del prisma de la figura siempre convocante de María
Eva Duarte.
Sarlo
bucea en los orígenes de la actriz de frustrada carrera, apelando a veces a la
caracterización farandulesca, y la sed de independencia de una joven provinciana
en el sueño de la actuación hasta la conversión futura de la Abanderada de los
Humildes. La excepcionalidad de la figura de Eva, inherente a la no
convencionalidad de poses y glamour, y la astucia de los sublevados de 1943 en
relacionarse con empresarios de medios y estrellas de la industria del
entretenimiento habrían facilitado su encuentro con Juan Domingo Perón. De este
modo, Eva habría encontrado un nuevo espacio de realización, permitiendo la
emersión de sus sentimientos desbordantes, su reconstrucción personal bajo su
función política tenaz e incansable, un descubrimiento de su excepcionalidad
oculta. Lograda la adhesión popular, siendo vendida en plena labor por el
cáncer, su figura se convierte en una figura de veneración para los sectores
que el peronismo comienza a movilizar. Con el derrocamiento del gobierno
peronista en 1955, los sectores prescriptivos generan una matanza a través de
bombardeos en el acto de conquista del poder, fusilamientos innecesarios de
grupos de resistencia y el ocultamiento del cadáver serán hitos que ahondarán
el compromiso del peronismo en resistencia y viabilizarán el arribo a la
política de grupos juveniles que verán en la democracia popular peronista la
vía necesaria para la constitución de un país socialista.
Entre
la pasión política de Eva y la representación de un peronismo revolucionario a través
de Montoneros, con la ejecución de Pedro Eugenio Aramburu como hecho redundante,
Sarlo introduce la ficción literaria bajo una suerte de metáfora de la violencia,
para lo cual cita al personaje de Colomba, de la obra homónima de Próspero
Merimeé, en su insistencia a mantener la tradicional reparación de la venganza
por sobre la justicia institucional. Párrafos delante, la autora alude a la
relación entre coraje y muerte, que liga a una (supuesta) tradición rioplatense
del área rural y a la explicación que Borges habría encontrado caracteristícos
de la identidad argentina: el rechazo a las instituciones y la persistencia en
sostener la “barbárica” costumbre del poder originado en la fuerza personal y en
la resolución de los conflictos sociales y políticos por el empleo de la
violencia.
La
autora realiza una buena síntesis sobre la vida política argentina, sin
menoscabo de detalles frívolos y la visibilización de elementos superficiales.
Los aspectos más conflictivos quizás deban asociarse hacia las conclusiones que
subyacen a la obra.
¿Hay relación entre la violencia política del siglo XIX y la del siglo XX? |
La
trama narrativa de Sarlo, entretenida, analítica y en ocasiones repetitiva, construye
un discurso cuyo eje pareciera una incógnita lanzada al lector: ¿entender la
historia argentina como tragedia? ¿las huellas barbáricas de la subversión argentina?
¿la falsa pretensión de humanismo, dada en el empleo de la violencia de las organizaciones
armadas? ¿las motivaciones originadas por el cruel apropiamiento de un cuerpo
repleto de significados convocantes? Analizando el período en cuestión, la
ejecución de Aramburu como final implicaría, en el contexto de la tragedia, el
acto reparatorio que anuncia la llegada de un nuevo orden justo; pese a ello,
el destino de los miembros de la organización en años próximos será la
clandestinidad, la reclusión, la tortura y el exterminio. ¿acaso la circularidad, la permanente repetición de la venganza?
El aspecto fundamental que Sarlo no precisa es el origen de la violencia y su
entrecruzamiento con decisiones corporativas clasistas fundadas en acciones de
coerción, expansión, continuación de la acumulación originaria del capital, persecución
y disciplinamiento de trabajadores y limitación violenta de las democracias
populares, que explicarían en gran medida la tenacidad del capital en imponer
relato y determinaciones: en la especificidad de los hechos, en que la
violencia es legitimada por las instituciones de forma permanente, pueden
hallarse buena parte de los elementos facilitadores de una violencia antagónica
tan legítima en sus fundamentos como la que ejercen los entonces apropiadores del
Estado.
Me parece que a Sarlo hay que leerla mejor. No se puede tolerar tanta confrontación entre los argentinos, que nunca podemos consensuar nada y prevalece siempre la decisión de quienes son más.
ResponderEliminar