Cada 24 de marzo es un acontecimiento muy especial en la vida de los argentinos. La jornada no sólo marca la tragedia sino que también se ha vuelto, paulatinamente, en un momento para actualizar y dar luz sobre las continuidades de las vejaciones que la sociedad argentina sufrió en el período 76-83.
Los discursos sobre los eventos
de la memoria son nítidamente la oportunidad para comunicar sobre la situación
actual de los derechos humanos en el país.
El Encuentro Memoria, Verdad y
Justicia, identificado con partidos de la izquierda dogmática, contó con la
presencia del Movimiento Socialista de los Trabajadores, el Partido Obrero, el
Partido Comunista Revolucionario, el Partido de los Trabajadores Socialistas,
Izquierda Socialista. También se movilizaron los opositores liberales de la
Unión Cívica Radical y Frente Amplio Progresista. Los organismos organizadores
Coordinadora contra la Represión Institucional (CO.RRE.PI) y el CEPRODH sostuvieron
que “320 represores murieron impunes antes de llegar a la Justicia”. “El
Gobierno paga la fraudulenta deuda externa, garantiza ganancias millonarias a
las multinacionales”, permite “la minería contaminante”, un “espionaje ilegal
de Gendarmería”, la “criminalización de la protesta”, el “negocio de la soja” y
“mantiene y profundiza las reformas antiobreras del menemismo”. Los cuestionamientos se centraron en la
responsabilidad política de la continuidad de la situación de dependencia del
país, sin percepciones de cambios ni de contextos.
En el segundo de los actos de la
fecha, organizado por Madres de Plaza de Mayo, Abuelas, de Familiares,
iniciaron la lectura de un documento consensuado.
En el contexto de los proyectos
oficialistas para una democratización del poder judicial, se mencionó el
reclamo de Susana Trimarco -madre de una víctima de trata cuya investigación
quedó impune al ser absueltos los acusados- y se comparó el caso de su hija
Marita Verón con los desaparecidos. También se pidió la investigación al
colaboracionismo de sectores de la Iglesia Católica, la prisión perpetua a
Pedraza por el homicidio de Mariano Ferreyra y avanzar hacia el enjuiciamiento
a los responsables políticos de las muertes de Maximiliano Kosteki, Darío
Santillán y Carlos Fuentealba.
Una de las demandas en el acto de
Madres y Abuelas fue continuar con la investigación a las corporaciones
económicas que se beneficiaron de la dictadura –lo que fue retomar en parte la
consigna del acto de 2012-. “Se ordenó investigar a Loma Negra y el diario La
Nueva Provincia de Bahía Blanca; se proceso a Pedro Blaquier; se destituyó a
los jueces Otilio Romano y Luis Miret […] Pero como dijimos el año pasado, los
grupos económicos también fueron la dictadura. No pueden quedar impunes y tenemos
que avanzar en las responsabilidades de Mercedes Benz, Acindar, La Veloz del
Norte, Astarsea, Fiat, Techint, Macri, City Bank, La Nación, Clarín, Ledesma,
la Sociedad Rural Argentina, Ford, Loma Negra y otras tantas empresas”. La
conclusión de Estela de Carlotto fue clara: “Es necesario mirara para atrás y
pensar que luchas empezar hace mucho y en esta década llegaron a ser victorias.
Esta democracia tiene más derechos: vamos a defenderlos e ir por más. Acá
estamos todos juntos. Sintiéndonos parte de la historia”.
En este segundo acto, se precisó en la complicidad de los actores
locales que colaboraron a esa situación de dependencia, disciplinamiento y
genocidio durante la última dictadura militar y se pidió a la concurrencia la
voluntad de ir por más.
Fue un dato destacado el
conflicto entre la agrupación kirchnerista La Cámpora y agrupaciones de
izquierda (MST, PTS, CCC, PO, MAS, Libres del Sur). “Los muchachos
kirchneristas /parecen tener amnesia / porque en este 24 / se la pasan con la
Iglesia”. La Cámpora, en tanto, contestó con un “Ahí están / ahí están / los
que apoyaron a la Sociedad Rural”. Las escenas mostraron también que esos
militantes de izquierda se encontraban armados de palos. El 25 de marzo el
diario conservador La Nación publicó el artículo “Incidentes en los actos por
los 37 años del último golpe”, un texto en que cede voz de modo inhabitual a
agrupaciones de izquierda dogmática al tiempo que expone un perfil miserable de los militantes políticos, quiénes son
descriptos como manipuladores de la memoria ávidos de beneficios políticos.
La única fuerza que no conmemoró
ni se movilizó fue el PRO del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
La jornada de 2013 no fue
especial, ni tuvo originalidad alguna, aunque si fue un acto de reafirmación de
demandas que paulatinamente deberían cumplirse y esperarse en el tiempo, siendo
siempre una oportunidad inigualable para conocer las demandas exigidas a
nuestra siempre perfectible democracia.
Fuente
(1)
“La otra marcha a la Plaza”, Página/12, 25/3/2013.
(2)
“En la Plaza, con la memoria, por la justicia”,
Página/12, 25/3/2013.
(3)
“Multitudinario pedido por la democratización de
la Justicia”, Tiempo Argentino, 25/3/2013.
(4)
“Incidentes en los actos por los 37 años del
último golpe”, Página/12, 25/3/2013.
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