Fuerte cruce sobre los conceptos de
protesta social en el programa de la TV Pública Regional.
El 2 de
septiembre de 2012, el programa de televisión 678 volvió a dar otra vez un
interesante debate, en este caso entre Eduardo Jozami y Sergio Bergman.
Eduardo
Jozami es profesor titular consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Buenos Aires y profesor del Posgrado en Historia de la
Universidad de Tres de Febrero. Luego de haber desempeñado diversos cargos
legislativos e integrado el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es
actualmente director del Centro Cultural de la Memoria que funciona en lo que
fuera el centro clandestino de detención de la ex Escuela de Mecánica de la
Armada.
Sergio
Alejandro Bergman es un rabino reformista, activista social y político
argentino. Bergman se desempeña como rabino de la Congregación Israelita de la
República Argentina. Es presidente ejecutivo de Fundación Judaica y presidente
de Fundación Argentina Ciudadana, como también director ejecutivo de Red de
Acciones e Iniciativas Comunitarias por la Empresa Social. Tras acercamientos
con la polémica dirigente Elisa Carrió, en 2011 Bergman se postuló para el
cargo de Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por un espacio político
independiente, pero poco tiempo después declinó su candidatura para encabezar
la lista de diputados de la fuerza política liderada por el centroderechista
Mauricio Macri.
Bergman,
lejos de disgustarse como su líder de la protesta social en las calles, defendió la toma del espacio público
argumentando que así se lograría una mejor democracia, una clara ironía
sobre la recurrencia de las concentraciones kirchneristas como expresión de
apoyo a la presidenta Cristina Fernández. Sin embargo, como bien advierte
Jozami, las consignas de los
autoconvocados kirchneristas jamás han sostenido el discurso radicalizado y antidemocrático
de los caceroleros. Lo penoso del episodio que los dichos de Bergman
expresan la tranquilidad de una derecha que se cree capaz de organizar y
convocar a nuevas iniciativas destituyentes, acciones que aún siendo expresión
de uan ínfima minoría lesionan la confianza sobre a gobernabilidad de la
presidenta y, por ello mismo, el poder político legítimamente constituido.
Bergman
sugirió la necesidad de lograr equilibrios de convivencia en el sistema
político argentino, aún omitiendo que las principales víctimas de las anomalías
institucionales preexistentes a 2003 han sido lo sectores críticos que los
intereses que giran en torno a la alianza electoral PRO reprimió severamente;
aún más, no ha sido el kirchnerismo sino sectores opositores los que han
incitado a la desobediencia civil, a la
destitución del gobierno e incluso a la muerte de un funcionario. Dicho de
otra manera y pese a las denuncias de los medios concentrados, las fuerzas
kirchneristas no sólo no constituyen una milicia regular sino que jamás han incitado
a la violencia política como si lo han hecho sectores detractores, que aún no
han podido comprender que su mayor debilidad en su encerrona a adherirse a un paradigma
extremo como el neoliberal, en una caída libre hacia un abismo cuya profundidad
aún desconocemos.
Las palabras
de Bergman sobre la apropiación del espacio público disciernen respecto de las
de su jefe político Mauricio Macri, quién a a través de declaraciones públicas
y mediante un organismo creado ad hoc (UCEP),
ha demostrado una preocupación por el disenso ético, estético y político de una
estructura de pensamiento neoconservadora. Además, con su argumentación asimila
a “protesta social” (entendida como iniciativa de peticionar ante las autoridades ante una situación de
emergencia o la vulnerabilidad repetida por la ineficacia institucional de
derechos legítimos) al rechazo del signo político de turno.
En vísperas
de la anunciada marcha opositora del 8 de noviembre, las palabras de Bergman
justifican los cacerolazos
del 13 de septiembre y expresan el descubrimiento de la derecha argentina
del elemento de la movilización, ante el cual proyectan desafiar la legitimidad
del actual gobierno nacional a través de las quejas radicalizadas que expresan
justamente el autoritarismo que pretenden denunciar, resignación quizás de
construir una alternativa política representativa y con peso electoral.
Vea el debate en:
http://www.youtube.com/watch?v=7AfdznfrUpg (Primera parte)
http://www.youtube.com/watch?v=lQbb6fv1fTg&feature=relmfu (Segunda parte)
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