"Pobre es el que necesita infinitamente mucho y
desea más y más"
El discurso del
presidente uruguayo, excepcionalmente sincero y emotivo, denuncia una población
mundial que guiada por el lucro económico destruye cotidianamente sus
condiciones de vida bajo el eufemismo jocoso de la “destrucción creativa”.
No es, curiosamente,
el representante de una población originaria quien nos advierte de la gravedad
de la problemática, generadora de uno de los más interesantes debates en el
interior del progresismo latinoamericano.
Texto del discurso
pronunciado por José Mujica, Presidente de la República Oriental
del Uruguay, en la cumbre Río+20
Autoridades presentes de todas
la latitudes y organismos, muchas gracias. Muchas gracias al pueblo de Brasil y
a su Sra. Presidenta, Dilma Rousseff. Muchas gracias a la buena fe que,
seguramente, han manifestado todos los oradores que me precedieron. Expresamos
la íntima voluntad como gobernantes de acompañar todos los acuerdos que, esta,
nuestra pobre humanidad, pueda suscribir.
Sin embargo, permítasenos
hacer algunas preguntas en voz alta. Toda la tarde se ha hablado del desarrollo
sustentable. De sacar las inmensas masas de la pobreza.
¿Qué es lo que aletea en
nuestras cabezas? ¿El modelo de desarrollo y de consumo, que es el actual de
las sociedades ricas? Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si
los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los
alemanes?
¿Cuánto oxígeno nos quedaría
para poder respirar? Más claro: ¿Tiene el mundo hoy los elementos materiales
como para hacer posible que 7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el
mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades
occidentales? ¿Será eso posible? ¿O tendremos que darnos algún día, otro tipo
de discusión? Porque hemos creado esta civilización en la que estamos: hija del
mercado, hija de la competencia y que ha deparado un progreso material
portentoso y explosivo. Pero la economía de mercado ha creado sociedades de
mercado. Y nos ha deparado esta globalización, que significa mirar por todo el
planeta.
¿Estamos gobernando la
globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? ¿Es posible hablar de
solidaridad y de que “estamos todos juntos” en una economía basada en la
competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?
No digo nada de esto para
negar la importancia de este evento. Por el contrario: el desafío que tenemos
por delante es de una magnitud de carácter colosal y la gran crisis no es
ecológica, es política.
El hombre no gobierna hoy a
las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al
hombre. Y a la vida. Porque no venimos al planeta para desarrollarnos
solamente, así, en general.
Venimos al planeta para ser
felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida y
esto es lo elemental. Pero si la vida se me va a escapar, trabajando y
trabajando para consumir un “plus” y la sociedad de consumo es el motor,
-porque, en definitiva, si se paraliza el consumo, se detiene la economía, y si
se detiene la economía, aparece el fantasma del estancamiento para cada uno de
nosotros- pero ese hiper consumo es el que está agrediendo al planeta. Y tienen
que generar ese hiper consumo, cosa de que las cosas duren poco, porque hay que
vender mucho. Y una lamparita eléctrica, entonces, no puede durar más de 1000
horas encendida. ¡Pero hay lamparitas que pueden durar 100 mil horas
encendidas! Pero esas no se pueden hacer porque el problema es el mercado,
porque tenemos que trabajar y tenemos que sostener una civilización del “úselo
y tírelo”, y así estamos en un círculo vicioso.
Estos son problemas de
carácter político que nos están indicando que es hora de empezar a luchar por
otra cultura.
No se trata de plantearnos el
volver a la época del hombre de las cavernas, ni de tener un “monumento al
atraso”. Pero no podemos seguir, indefinidamente, gobernados por el mercado,
sino que tenemos que gobernar al mercado.
Por ello digo, en mi humilde
manera de pensar, que el problema que tenemos es de carácter político. Los
viejos pensadores –Epicúreo, Séneca o incluso los Aymaras- definían: “pobre no
es el que tiene poco sino el que necesita infinitamente mucho, y desea más y
más”. Esta es una clave de carácter cultural.
Entonces, voy a saludar el
esfuerzo y los acuerdos que se hacen. Y los voy acompañar, como gobernante. Sé
que algunas cosas de las que estoy diciendo, “rechinan”. Pero tenemos que
darnos cuenta que la crisis del agua y de la agresión al medio ambiente no es
la causa.
La causa es el modelo de
civilización que hemos montado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma
de vivir.
Pertenezco a un pequeño país
muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país hay poco más de 3
millones de habitantes. Pero hay unos 13 millones de vacas, de las mejores del
mundo. Y unos 8 o 10 millones de estupendas ovejas. Mi país es exportador de
comida, de lácteos, de carne. Es una penillanura y casi el 90% de su territorio
es aprovechable.
Mis compañeros trabajadores,
lucharon mucho por las 8 horas de trabajo. Y ahora están consiguiendo las 6
horas. Pero el que tiene 6 horas, se consigue dos trabajos; por lo tanto,
trabaja más que antes. ¿Por qué? Porque tiene que pagar una cantidad de cuotas:
la moto, el auto, y pague cuotas y cuotas y cuando se quiere acordar, es un
viejo reumático –como yo- al que se le fue la vida.
Y uno se hace esta pregunta:
¿ese es el destino de la vida humana? Estas cosas que digo son muy elementales:
el desarrollo no puede ser en contra de la felicidad. Tiene que ser a favor de
la felicidad humana; del amor arriba de la Tierra , de las relaciones humanas, del cuidado a
los hijos, de tener amigos, de tener lo elemental.
Precisamente, porque ese es el
tesoro más importante que tenemos, la felicidad. Cuando luchamos por el medio
ambiente, tenemos que recordar que el primer elemento del medio ambiente se
llama felicidad humana.
Gracias.
Excelente . Realmente lamento la escasa cobertura que dieron los medios argentinos al evento Rio 2020 y tambien al foro de San Pablo en Caracas
ResponderEliminar¿Sabés que, Javi? La verdad es que la información sobre los organismos regionales debería ser más accesible. Pongamos por caso, los documentos que se elaboran en los organismos regionales. También es cierto que la información internacional requiere de una visión más compleja de la realidad política y no todos están demasiado dispuestos a ahondar. Es una cuestión, creo, casi cognitiva esto de no comprender la importancia de los abordajes sistémicos de los hechos. Pero bueno, si, pareciera que estuvieramos condenados a recibir información parcializada e incompleta.
EliminarUna mente clara,ojala en España tubieramos tan solo una como esta en el gobierno.
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