viernes, 23 de marzo de 2012

Mataron a nuestra niña. Reflexiones sobre la utilización mediática del secuestro y crimen de Candela Rodríguez*


La repercusión por el rapto y el posterior asesinato de Candela tiene causas que, no por diferentes, dejan de ser relevantes para comprender fatalidades varias, que van desde la incompletitud de nuestra democracia, la apelación mediática al discurso de la mano dura hasta las limitaciones del ser humano para controlar lo imprevisible.
La irrupción definitiva del tema en los medios a través de las casas argentinas almorzó seguramente con un gran número de familias la semana del martes 23 de agosto de 2011. La misma intimidad permitida al TV permitió el ingreso a miles de hogares de una niña, siendo virtualmente eliminado todo tipo de distancia entre la niña y el espectador; de tal modo Candela ingresó al ámbito familiar y despertó un interés en la sociedad, atraída por un interés de justicia con un impulso afectivo. De modo inédito y permanente, los medios informaron minuto a minuto la actualidad del caso, creando un relato sórdido e imponente en la programación de los canales públicos que familiarizaron a la menor en un ejercicio casi de incorporación al ámbito familiar de la teleaudiencia, conmovida ante la desaparición de una mujer-menor, dos elementos que revelan la indefensión al estar incluida en dos categorías de vulnerabilidad en la relación género/franja etárea. Las imágenes dañaron la sensibilidad de forma masiva, superando todo tipo de restricciones en todo momento del día.
Curiosamente, los medios optaron por hablar de una niña desprotegida de paradero desconocido al tiempo que mostraron imágenes que un cierto sector las percibió como propias de una niña erotizada, capaz de haber encontrado un fin nefasto por un adulto perverso.
Ante la aparición de la noticia y su utilización mediática, la sociedad no tardó en entablar una verdadera lucha por Candela. Desde ciudadanos anónimos hasta personalidades públicas, pasando por ONG´s de reconocida acreditación pública como Red Solidaria, se unieron a una campaña de búsqueda por Candela. La motivación generalizada fue no sólo no permitir un hecho más de impunidad, sino evitar la consumación de un daño a una víctima de apenas 11 años. Una menor, provista de toda inocencia. Candela se transformó en una causa nacional.
La participación de estas entidades intermedias (ONG´s, personalidades públicas, etc.) puso en evidencia el deterioro de la credibilidad del Estado. Ellas fueron quienes tomaron la iniciativa  reinstalaron la temática y asumieron el rol de comunicadores autorizados para instar a la ciudadanía a contribuir con el envío de datos para iniciar la búsqueda correspondiente.
Pese a los esfuerzos realizados y los sentimientos suscitados, el 30 de agosto se dio a conocer el peor desenlace posible: el cuerpo de Candela había sido descubierto el 29 de agosto por una cartonera en el Acceso Oeste, en la localidad de Villa Tesei. La indignación se hizo general. Las palabras del director de la ONG Red Solidaria Juan Carr definió con precisión el profundo impacto al hacer pública la noticia de la muerte de Candela: “Esto es una tragedia. Una hija nuestra de once años fue masacrada. Es un límite como sociedad".
El seguimiento permanente de la noticia transformó la imagen de Candela (aquélla en que sonríe, mirando al telespectador) en una suerte de figura espectral que, como el padre de Hamlet, demanda el esclarecimiento del hecho. La idea de guardar el respeto a la memoria de la niña fallecida instó a exacerbar los ánimos bajo la consideración de que este caso no podía quedar impune. También cabe decir que, de la misma manera, la permanente reproducción de la noticia sobre el encuentro del cuerpo provocó que toda la sociedad, paralizada por las descripciones que iban llegando a través de datos de los peritos forenses, viviera de modo permanente -casi en tercera persona- el desarrollo del secuestro y la situación en el aguantadero. La imagen es permanentemente cargada de contenido. Fue estrangulada. Fue golpeada. Fue violada. Cómo. A diferencia de muchas de las reacciones del momento y los intereses periodísticos ligados a la empresa del morbo (6), me permito pensar que, al tener entidad mediática el hecho, la introyección de la problemática se volvió inevitable y el deseo de justicia pareció predominar por encima de la sensación de caos y terror que con está problemática pretendieron instaurar. (7) Asimismo, prevalece una inevitable angustia ante la impotencia del hecho ya cometido y la vejación permanente a la intimidad de la víctima por parte de los medios puesto que, parafraseando a Arfuch, “no es lo que muestra una imagen lo que hace a su poder, su impacto, a s u valoración posible, sino, una vez más, el cómo, en qué contexto, con qué fines, dentro de qué lógica esa imagen ofrece a ver”. (8)
La instalación del caso aún genera dudas, y con frecuencia se duda del porqué del reclamo de Candela y no de otros menores que desaparecen. A esto, cabe responder los matices políticos que van desde una “sensación de inseguridad” desfavorable a los gobiernos hasta el atractivo de desmalezar los vínculos políticos de la familia de Candela. (9)
El mismo 31 a la noche, se realizó una marcha de vecinos autoconvocados en repudio del asesinato. La docente Nora Biaggio enunció en aquella oportunidad: “Que sea un día de lucha de los docentes y estudiantes, para que no se produzca ningún otro caso de desaparición forzada de personas. Inmediatamente, el hecho evocó en la perversidad de la dictadura las siniestras condiciones de reclusión a que sometió a sus víctimas. El concepto de “desaparición forzada” presupone la participación de agentes del Estado. Los dichos de Biaggio no pueden ser desestimados por su participación política en un partido de izquierda radical: merecen ser analizados en el contexto de un país de escasa vida democrática, alto protagonismo militar y que, aún en el ciclo democrático iniciado desde 1983, ha conocido de la autonomía de sus fuerzas de seguridad en lo que se ha dado en llamar “Maldita Policía”. De esta manera, las instituciones protectoras de la legalidad han sido durante la mayor parte de la historia argentina las principales violadoras del orden jurídico bajo la garantía de la impunidad de las armas.
La noticia se agravó al difundirse un audio por los canales C5N, TN y América 2, que consistía en un llamado extorsivo al teléfono de la madre de Candela, Carola Labrador. A una cuñada que atendió ocasionalmente el teléfono, le habría sido advertido que devuelva el dinero y que nunca más volvería a ver a Candela. La imprudencia de esa publicitación rápidamente cambio la imagen de Carola Labrador, que del rol de madre luchadora por encontrar a su hija pasó a ser comprendida como una madre inescrupulosa que prefirió resguardar un dinero, no santo ni propio, en vez de optar por la vida de su propia hija. El dato de la llamada, coinciden distintas fuentes, habría sido divulgado por la policía bonaerense. (10) ¿Bajo qué intereses? Lo cierto es que, además de quedar Carola Labrador como principal perjudicada, confirmó que la policía manejaba otras hipótesis sobre la desaparición.
Es así que el desarrollo de un relato logra convertirse en tragedia, con un sentido moralizante. Un espectáculo, con ribetes claramente nefastos, pero al mismo tiempo capaz de sensibilizar y educar ante la idea de que, mientras una sociedad ha perdido el respeto a sus normas, un conjunto de burócratas y delincuentes parasitan en las instituciones sin otra finalidad que alimentar sus intereses personales desde un Estado desatento ante una ciudadanía indefensa. Si por la ficción de un contrato social se da por sentado que el Estado ejercerá el monopolio de la coacción e impartirá una justicia institucionalizada, es esperable que el pedido de la opinión pública también se realice buscando una mayor presencia del Estado, sea para desbaratar las redes delictuales así como para desalentar la justicia por mano propia u otros casos de venganza privada. En definitiva, la idea de imponer una garantía de orden social y de principios de convivencia.
Bien vale, ante las tendencias inevitables que son capaces de producir los mass media, atar cabos entre las demandas mediatizadas sin ánimo de ser objetivos pero si de descubrir los intereses que los comunicadores han alentado a través de la interpretación de un acontecimiento capaz de lograr semejante entidad.
Poco a poco el cuadro de la imagen de Candela se fue abriendo, exponiéndose así lo próximo perturbador que oculta. Detrás de la inocencia de una niña de once años se encontraba un entorno mafioso, desde un padre condenado por “piratería del asfalto” (11), “buchón de la policía” (12), una tía ligada a un presunto mercader de drogas, (13) hasta una madre recientemente acusada de la venta de drogas. (14) La muerte, entonces, empieza a revestir sus ribetes particulares. Compara el periodista Raúl Kollman intentando atar cabos sobre la tipicidad de los autores:

“En 2003 fue secuestrada una niña de nueve años, Marela Martínez, en Avellaneda. Meses más tarde, el fiscal Andrés Devoto encontró en la casa de un sujeto, Héctor “El Nene” Sánchez, el cuerpo de Marela. Curiosamente, en el marco de una pelea por plata en una banda de piratas del asfalto, El Nene se llevó a Marela con un engaño, la violó, la mató y la enterró en un pozo ciego de su domicilio. Es el único antecedente que existe y que se encuadraría en la hipótesis de venganza entre delincuentes. Las bandas –según se dice– no ajustan cuentas a través de mujeres o niños, pero –como se ve– hubo alguna excepción.” (15)

El jefe narco de San Martín, Héctor “Mameluco” Villalba -entonces preso y actualmente prófugo- pidió declarar y el 28 de septiembre confirmó los códigos del mundo del hampa.

Acá es gravísimo mandar al frente a otro. El buchón es un ‘ortiva’. Eso puede generar el crimen de un familiar”. (16)

El tratamiento mediático fue diferenciado. Por ejemplo, mientras que La Nación culpabilizó la inacción del gobierno, Página/12 se limitó a recopilar los hechos y Miradas al Sur relató los acontecimientos sobre la base de fuentes anónimas recogidas en clave de non-fiction que ligarían el hecho a bandas de narcos amparadas por el aparato policial. Por lo general se coincidió en algo: se adjudicó negligencia al Estado, sea en el gobierno o en la policía.
Bandas armadas, desarmaderos de autos, tráfico de drogas, reducción de casas, prostitución, juego clandestino, trata de personas, ajuste de cuentas, entre otras tantas posibilidades de ilícitos, se asocian a las problemáticas urgentes de la zona. Área del temible Conurbano, lugar de degradación social y política. Síntoma de décadas de abandono por el Estado, en un territorio densamente poblado y con habitantes en escasas posibilidades de ingresar al mercado del trabajo.
Introducirse en el “caso Candela” es una experiencia semejante a una búsqueda en las cloacas deshabitadas de un misterio atroz, en un espacio abierto con múltiples túneles que conducen a lugares inexplorados, laberínticos y amenazantes. Una suerte de aventura a lo John Constantine. Quizás una pulsión morbosa, una búsqueda de justicia o un deseo de ser más fuertes en la elaboración de un nuevo aporte hacia una construcción conceptual que refuerce el desencanto sobre los límites del ser humano, en el descubrimiento del lobo que esconden los hombres.

(Actualmente el caso está sin resolución. El principal sospechoso de ser el autor intelectual, Hector Moreyra, ha sido reciente excarcelado el 15 de marzo. El abogado de uno de los implicados,sospechas hacia la connvencia narco-policial)

* Artículo basado en “Crónica desde las cloacas. Demandas e interpretaciones en el caso Candela”, una reflexión para la materia Ética de los Medios del Profesorado de Ciencias Políticas del ISFDyT Nº 144.

(1)   Fecha en que se realizó una marcha en Hurlingham pidiendo por la aparición de la niña.
(2)    Previamente al “caso Candela”, había precedido otro suceso cargado de muerte y misterio: la muerte de las turistas francesas, cuyos cuerpos aparecieron el 29 de julio Mirador de la Quebrada de San Lorenzo, en Salta.
(3)   “Arrancaron las “48 horas por Candela””, 20/8/2011. Disponible en:       http://www.clarin.com/sociedad/Candela-campana-artistas-famosos_0_545345662.html
(4)   “Ricardo Darín: "Con la muerte de Candela no se puede dar una vuelta de página"”, en diario “La Nación” de Argentina, 31/8/2011. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/1402305-este-es-un-crimen-atroz-aseguro-ricardo-darin.
(5)   Esta incorporación de la opinión pública al pedido de justicia presupone que sólo la presión popular es capaz de impulsar las investigaciones del Estado. Esta modalidad carga con un antecedente de eficacia como fueron las movilizaciones convocadas por la hermana Marta Pelloni para el esclarecimiento del “caso María Soledad”.  
(6)   Sobre el tratamiento de los medios, vease “Palos porque bogas”, “Página/12, 2/10/2011. (http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-176490-2011-09-10.html) ; “Candela y la máquina de contar”, 7/9/2011, en Pàgina/12 (http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-176240-2011-09-07.html y el artículo de Ricardo Ragendorfer que califica de pornografía informativa la tarea de los medios (“La hora de investigar la investigación”, Miradas al Sur, en: http://sur.elargentino.com/notas/la-hora-de-investigar-la-investigacion)
(7)    [1] “La frustración de no poder hacer algo relativo a lo que muestran las imágenes quizás pueda traducirse en la acusación de que es indecente contemplarla o de que es indecente el modo en que se difunden: acompañadas, como bien  podría ser el caso, de anuncios de emolientes, analgésicos y todo terrenos. Si pudiéramos hacer lago al respecto de lo que muestran las imágenes, tal vez estas cuestiones importarían muchos menos.” (SUSAN SONTAG, Ante el dolor de los demás).
(8)   “La imagen: Poderes y violencias”, texto de Leonor Arfuch.
(9)   “La mamá fue fiscal del PJ opositor y el abuelo fue 12 años concejal”, diario Clarín, 4/9/2011, http://www.clarin.com/zona/fiscal-PJ-opositor-abuelo-concejal_0_548345255.html. Desde un principio,  la noticia resultó ser conmocionante al ser perjudicada una familia (según se podía apreciar en imágenes) de escasos recursos. Sin embargo, la repercusión especial de esta desaparición fue ligada a los contactos políticos que Carola Labrador tendría, estableciendo así un estado de emergencia donde cabe presumir que conocía los móviles de los captores y su capacidad de daño.
(10)                     Esta falta de reserva parecería complementarse con cierto consumo de este fenómeno, que va desde el “Escucha el audio: El llamado extorsivo del asesino de Candela” (sitio web del diario “Perfil”, http://www.perfil.com/contenidos/2011/08/31/noticia_0040.html) hasta la formación de una página dedicada exclusivamente al seguimiento del caso (www.casocandela.com.ar), una suerte de consumo de un relato amarillo a disposición.
(11)                     "Candela apareció muerta en una bolsa de residuos en Villa Tesei", 31.08.2011, "Perfil". http://www.perfil.com/contenidos/2011/08/31/noticia_0032.html
(12)                     "Declaró el papá de Candela: "Hicieron creer que soy un buchón de la Federal"", 01/09/2011, "Perfil". http://www.perfil.com/contenidos/2011/09/01/noticia_0030.html.
(13)                     "Caso Candela: no logran despegar a la policía y a los narcos del crimen", 2/10/2011, "Miradas al Sur". http://miradasalsur.elargentino.com/notas/caso-candela-no-logran-despegar-la-policia-y-los-narcos-del-crimen
(14)                     “Acusaron formalmente a la madre de Candela de vender drogas”, 3/11/2011, en “La Gaceta”.  http://www.lagaceta.com.ar/nota/463048/Policiales/Acusaron-formalmente-madre-Candela-vender-drogas.html
(15)                     "Las dos hipótesis", 1/9/2011 en Página/12. En: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/ subnotas /17583 5-55450-2011-09-01.html
(16)                     ““Mameluco” negó toda vinculación con Candela", 29/9/2011, "Tiempo argentino". http://tiempo.elargentino.com/notas/mameluco-nego-toda-vinculacion-con-candela





2 comentarios:

  1. que va apasar,con nuestros niños,son inocentes,depravados sexuales sin escrupulos,que tan bajo a caido la humanidad,yo como madre siento un profundo dolor x los niños,ñiñas victimas de atrocidades,paren con esto,que les hacen un niño cuando nace no sabe de maldad,confia en quien tiene al lado sin embargo,la persona en quien confian les hace daño,entonces ,me pregunto NOS QUEDA ALGO DE SENTIMIENTOS,NI LOS ANIMALES HARIAN COSA IGUAL.

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  2. y les digo ni en la policia se puede confiar,en quien en nosotros mismos,o en un dios que pronto terminara con los hombres malos de esta tierra

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